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Rehabilitación energética en València con fondos europeos

En València podemos ver un caso práctico de edificio rehabilitado energéticamente gracias a la Fundación València Clima y Energía y el proyecto EBENTO

En el contexto de València Capital Verde Europea 2024 y en orden a la Misión Climática València 2030, se hace imperiosa la necesidad de contribuir a la reducción de las emisiones de efecto invernadero desde los diferentes sectores de la ciudad. Concretamente, el parque de edificios es responsable de aproximadamente el 38% del consumo energético de la ciudad y del 21% de las emisiones de CO₂.
En el terreno práctico, son muchos los edificios de toda la Comunidad Valenciana que se están rehabilitando para mejorar su confort y reducir sus facturas. En València, la Fundación València Clima y Energía del Ayuntamiento de València está acompañando y mesurando los resultados de la rehabilitación de dos emblemáticos edificios de la arquitectura de la ciudad: los bloques de la Avenida Cataluña 1 y 3. Estos edificios gemelos, de 17 alturas cada uno, suman un total de 136 viviendas, y están llevando a cabo las obras de colocación de un SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior) después de la propuesta de la arquitecta encargada del diseño de la obra, Silvia Bronchales. La obra partió del acuerdo de la comunidad para solucionar las deficiencias detectadas después de la inspección técnica del edificio, y acabó incorporando el sistema SATE para considerarse que era la manera más eficiente de eliminar gran parte de las patologías, además de porque permitía acceder a una subvención pública.

El proyecto Ebento

a través del proyecto europeo EBENTO y con el apoyo de sus Oficinas de la Energía municipales, está colaborando con la arquitecta, la administración de la finca, y los vecinos y vecinas voluntarios para recoger la evolución de las condiciones de confort y los consumos energéticos en las viviendas rehabilitadas, para mesurar la antes y el después de esta reforma. Para lo cual, se está monitorizando una muestra de 24 viviendas con parámetros como la temperatura, humedad, calidad del aire y consumo energético.

Con todo esto, se busca presentar este caso como una historia de éxito en cuanto al acuerdo de una extensa comunidad de vecinos y vecinas para abordar las deficiencias en su edificio y mejorar su aislamiento térmico y acústico. Por eso, además de la visibilización de los ahorros conseguidos y las mejoras en el bienestar, las Oficinas de la Energía organizan visitas guiadas a la obra, de la mano de la arquitecta, con otras personas que quieren aprender de experiencias de éxito para plantear reformas en sus propios edificios.

Las Oficinas de la Energía actúan, en este sentido, como ventanilla única de rehabilitación energética en la ciudad y atienen cualquier persona y profesional que tenga dudas sobre la reforma energética de sus casas o edificios. El personal técnico de las Oficinas ofrece acompañamiento personalizado que, además de ser totalmente gratuito, es imparcial y libro de intereses comerciales. Este asesoramiento se ofrece tanto a los administradores de fincas que quieran resolver sus dudas, como a los propios vecinos, de manera individual o colectiva, para darlos información sobre las diferentes soluciones técnicas, sus costes, las subvenciones disponibles, los ahorros que podrán conseguir, etc.

El proyecto EBENTO, en el cual participa la fundación municipal València Clima y Energía y lidera la empresa ETRA I+D, cuenta con socios en otros seis países (Austria, Grecia, Eslovenia, Estonia, Países bajos y el Reino Unido) y búsqueda facilitar y potenciar la rehabilitación energética de edificios y viviendas. El trabajo conjunto de todos los socios del proyecto EBENTO se centra en conseguir crear una plataforma en línea que permita agilizar la búsqueda de información y el contacto entre las partes implicadas en un proceso de rehabilitación energética.

El número total de viviendas en València es de 410.100, de las cuales cerca de la mitad ya ha cumplido más de 50 años desde su construcción. Además, cerca del 70% de las viviendas fueron construidos antes de 1980, por lo cual los corresponde una letra G de eficiencia energética (la más baja de la escala). Rehabilitar un edificio y conseguir pasar de una letra G a una B supone reducir 6 veces su consumo energético, con el ahorro de emisiones y dinero correspondiente.

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